Fabro Tranchida (Buenos Aires, 1987) is a visual artist, researcher, and lecturer. Recipient of the Guggenheim Museum Award (New York, 2022) and the Port Tonic Art Center Residency (Saint-Tropez, France, 2024), his work—through a Borgesian and Pasolinian lens—explores peripheral youth cultures and the archetype of contemporary martyrdom. He co-founded the duos Los Picoletos (2015–2023) and Los Enfants (with Eneko Caos, 2025), and has exhibited at institutions such as the Guggenheim Museum Bilbao, Patio Herreriano Museum  (Valladolid, Spain), Cantieri Culturali alla Zisa (Palermo, italy), and the Castello Tutino (Italy), among others. He lives and works in Bilbao.

Email
CV
Instagram

Enfants duo
  1. 2025 ENFANTS III
  2. 2025 ENFANTS II (ROADHOUSE), Castello di Tutino, Tricase (Italy).
  3. 2025 ENFANTS I, Castello di Tutino, Tricase (Italy).

los picoletos duo
www.lospicoletos.com

Solo work
  1. 2025  Orgullo, Espacio Movistar, Madrid.
  2. 2025  Historias de la eternidad, RGF, Madrid.
  3. 2025  Narciso III, Mapa art fair, Buenos Aires.
  4. 2024  Narciso II, Guggenheim Museum, Bilbao.
  5. 2024  Narciso de Mataderos, Teatros del Canal, Madrid.
  6. 2020  Templi e rampe di una notte, Museo Tricase porto (Italy).
  7. 2016  Shorts, El Mirador foundation, Buenos Aires. 
  8. 2015  On the slopes and the islands, C.C. Paco Urondo, Buenos Aires.
  9. 2015  The boy´s mass, Casa Brandon, Buenos Aires.
  10. 2014  Boyness, El Mirador Foundation,  Buenos Aires).




Blabladores / El chico gallery / Madrid
La biblioteca
Painting and iron scilptire
113x80cm
2023
Dolor Nostrud
Consectetur dolor, Amat Ipsum
2037



Los blabladores
an exhibition by los picoletos (Dante Litvak & Fabro Tranchida)
Gallery: El Chico
City:  Madrid
2023


“El arte es una cárcel”
Horacio Zabala. Artista argentino.

“¡Ah! Qué broma. No hay necesidad de parrillas; el infierno son los otros”
Jean-Paul Sartre


Fabro y Dante nos invitan a adentrarnos en una serie de cárceles que son producto de un imaginario compartido, donde el espectador, desde un primer momento activo —y marcado por la incertidumbre de lo inesperado— se reconoce familiar en esos espacios donde las caras saltan, se escapan, aparecen colgadas, todo al unísono.

De manera casi performática, lo gestual continúa formando parte importante del proceso como en obras anteriores; el resultado se ve condicionado por el azar que precede al caos tanto a la hora de trabajar como en la combinación de bocetos e ideas dispares donde lo fortuito de la selección se traslada al lienzo. Un desarrollo que los conecta con el yo más niño, con el amor al cómic que les ha acompañado desde la infancia; en él, la convivencia de las viñetas dan pie al chiste, cuanto más dispar sea su combinación mejor será el resultado. La única condición que parece obligatoria en esta receta de cómo hacer una obra, es divertirse en el proceso.

Siendo el dibujo el gesto que más les define, esta es la primera exposición en la que prevalecen el dibujo y la pintura. En exposiciones anteriores, otros medios como la fotografía, instalaciones, video y performance han tenido más presencia. El cómic es el lenguaje que construye toda esta exposición, convirtiéndose en un objeto en el que el humor es clave para su lectura, en contrapunto con el cine bizarro, la obra de David Lynch y otros rezagos siempre presentes del under. 

Esta confluencia de personajes donde aparecen sombras apenas, desde las tumbas de Buster Keaton o Batato Barea —que auto definiéndose como "clown travesti literario" fue una figura clave del under de la Buenos Aires de los 80—  es lo que provoca que queramos atravesar estas rejas que no son del todo impenetrables y se interponen entre los dibujos, para así poder formar parte del motín que está aconteciendo: ¿quieres ver lo que pasa? Entonces tendrás que moverte, al costado, arriba, abajo… y si tienes una cerveza en la mano o un puñal, aún mejor.  

Al final lo que prevalece es la broma de crear una imagen para taparla e interponerla. Una exquisitez punk que intenta escaparle a la solemnidad que se le impone al arte contemporáneo, pero también aludiendo al absurdo en el que estamos atrapados con las miles de imágenes que consumimos en nuestros dispositivos desde que despertamos hasta que nos desvelamos.

Encarcelados estuvieron muchos personajes que marcan al dúo de artistas (como Hunter Thompson cuando joven por robar licor) pero esto no es un homenaje a nadie. La obra es la traducción del mundo gráfico que los unió la primera vez que hicieron algo juntos; son ocurrencias que pueden estar o no conectadas. Una iconografía de todos los personajes que arrastran desde la infancia, los héroes y mártires que también toman birra junto con los colegas de todos los días con sus problemas de las siete de la tarde. Como en “El beso de la mujer araña”, tras las rejas también se encuentran Valentín y Molina que se cuentan historias de películas para matar el tiempo y los picoletos, como cualquier otro día paseando por sus cárceles, paran la oreja para escuchar. 


Raquel Sías & Los Picoletos





©2025  Fabro Tranchida.. All rights reserved.